La Rosa de Fuerteventura
La Rosa de Fuerteventura
Las mujeres del tomate en Canarias, una historia silenciada
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En la isla de Gran Canaria trabajaron entre 20.000 y 30.000 mujeres aparceras, en los 150 almacenes del tomate que llegó a tener este territorio, recordaba en la Rosa de Fuerteventura (programa de Radio Sintonía) Domingo Viera González, autor del libro Mujeres empaquetadoras de tomate, una historia, llena de vida, lucha y esperanza.

 

La publicación es el origen de un documental que lleva el mismo título y que será proyectado en Fuerteventura el martes, 29 de noviembre, en distintos institutos por la mañana y en la Cooperativa Agrícola de Gran Tarajal, a las 19.00 horas.

El trabajo de investigación sobre el monocultivo del tomate está sustentado en 157 testimonios de mujeres que trabajaron por la mañana en la recogida y por la tarde en el  empaquetado, en los almacenes, para exportar. Se trataba de labores muy duras que las mujeres, no solo en Gran Canaria, también en Fuerteventura, y algunas zonas de Tenerife, hacían desde niñas, con 11 años o menos, por lo que Viera González no duda en hablar de “explotación infantil”. El autor de la investigación detalla que “las niñas comenzaban a trabajar muy pequeñas. Las sacaban de sus casas y no iban al colegio. Eso claramente es explotación”. Estamos hablando de nuestra historia reciente, ya que, como se recordará, el cultivo del tomate se inició en los años 40 en las islas.” Hemos recogido testimonios de mujeres con edades comprendidas entre los 56 y 92 años”. Insiste Viera en que las mujeres no podían firmar los contratos, los firmaban los hombres. Así, “trabajaban en la casa, en la tierra, con los hijos…en una explotación absoluta”.

Para el autor, la historia tiene una deuda con todas las mujeres que trabajaron en el tomate en Canarias y que contribuyeron a mejorar la economía de las islas en unas condiciones muy extremas, con sueldos muy bajos y con jornadas interminables. “Reivindicamos la aportación de la mujer a la economía de Canarias. Hemos leído la historia del tomate en las islas escrita por muchos y la mujer no aparece. Es hora que se les restituya la dignidad y su aportación tan importante  a la economía del tomate”.

En ese sentido, también se expresa el gerente de la Cooperativa de Gran Tarajal, Arturo Hernández, quien puso como ejemplos a mujeres que afirman haber trabajado en la cooperativa sin cobrar. ”Si varias mujeres de una misma familia desempeñaban funciones de empaquetado, solo cobraba una de ellas, y cuando llegaban a casa repartían el poco dinero que cobraban entre la familia”. En los últimos años las condiciones laborales cambiaron, pero su esfuerzo fue tremendo en varias décadas. Como ejemplo, señala que “solo las cajas de madera en las que empaquetaban el tomate alcanzaban un peso de 35 kilos”.

Tanto Viera como Hernández coincidieron en destacar la lucha de años de estas mujeres por conseguir mejorar sus condiciones laborales e igualarlas a las de los hombres.

Domingo Viera señala con tristeza la falta de reconocimiento a la aportación de miles de mujeres a la economía de las islas y se pregunta, ¿cómo se puede silenciar de manera tan burda el trabajo de miles de mujeres, cuando las toneladas de tomates que exportaba Canarias pasaron por sus manos?

Antiguo estanque de agua en Fuerteventura. Foto cedida por Luz Marina Padilla

Es hora de dar luz a esta parte de la historia de Canarias y de visibilizar el sacrificio y esfuerzo de esas miles de mujeres aparceras en Gran Canaria, Fuerteventura y algunas zonas de Tenerife. Es hora de dar voz, a nuestras madres y abuelas.

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