La Playa del Matorral, una joya de interés científico en peligro

Playa de El Matorral en Morro Jable

La Playa del matorral es conocida por su belleza paisajista, pero además de ello posee un interés científico por sus condiciones climatológicas y el medio físico.

 

Un ecosistema de interés científico

La situación geográfica del Sitio de Interés Científico de la Playa del Matorral, en la vertiente meridional de la Península de Jandía, hace que posea un clima desértico cálido, con veranos secos y precipitaciones medias anuales muy escasas. Al tratarse de un ambiente litoral, el espacio se encuentra sometido a una fuerte influencia salina, hecho que determina la singularidad de las comunidades vegetales que tienen cabida en él y las de su fauna asociada.

En el interior del espacio protegido se forman esporádicamente charcas naturales como consecuencia de la penetración de agua de mar, la cual inunda buena parte de los arenales de la zona y sus comunidades vegetales. La vegetación existente resulta estar constituida por comunidades halófilas, representadas por especies sujetas a las condiciones climáticas propias del lugar. Existen excelentes poblaciones de mato (Sarcocornnia fruticosa), brusquilla (Suaeda vera) y uvilla de mar (Zygophyllum fontanesii), entre otras especies.

El ecosistema del saladar lleva asociado una interesante avifauna con varias especies de aves marinas y limícolas migratorias que recalan en las islas del archipiélago. Especies como el correlimos común (Calidris alpina) o el correlimos tridáctilo (Calidris alba), son algunos ejemplos de las aves que suelen verse por el espacio protegido. Además, también se han descrito otras especies de ambientes semidesérticos, como es el caso de la emblemática hubara (Chlamidotis undulata fuerteventurae), subespecie endémica que ha sido adoptada, junto con el cardón de Jandía, como símbolo emblemático de la isla.

La avifauna del saladar en peligro

En la actualidad, la observación de esta avifauna en el Sitio de Interés Científico de la Playa del Matorral parece haber decaído como consecuencia de la presencia frecuente de turistas que utilizan esta área como zona de baño. De hecho, el espacio ocupa una franja costera que se encuentra frente a un complejo de hoteles y apartamentos, pertenecientes al importante núcleo turístico de Morro Jable, lo que ha supuesto un cierto grado de deterioro para este espacio.

Además, se ha descrito al Sitio de Interés Científico de la Playa del Matorral como el único lugar del archipiélago donde la tortuga laúd (Dermochelys coriacea) deposita su puesta (López-Jurado, et al., 1997), hecho que atribuye a este enclave un alto valor añadido que debería ser objeto de atención para posteriores estudios, ya que en la actualidad no se conoce si esta especie continua empleando esta zona para dichos fines.

Un espacio amenazado

Por otra parte, el enclave que ocupa el Sitio de Interés Científico de la Playa del Matorral, aunque no posee población en su interior, sí que se encuentra sometido a una fuerte presión antrópica. Su proximidad a importantes establecimientos turísticos, algunos de ellos invadiendo los límites del propio espacio, la intensa afluencia de visitantes que utilizan el espacio como vía de acceso a la playa, la apertura de pistas y senderos, transitados habitualmente por distintos vehículos, además del vertido incontrolado y ocasional de escombros, son algunas de las actuaciones que no han favorecido la conservación de este enclave.

Otros episodios que en el pasado se sabe que han supuesto impactos significativos, son el vertido de aguas contaminadas al barranco de Vinámar y el desborde ocasional de las instalaciones de la antigua depuradora del Saladar al ver superadas sus capacidades.

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