La Consejería de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, a través de Promotur Turismo de Canarias, ha incorporado la orientación deportiva dentro de su estrategia de marketing basada en la promoción segmentada de la marca añadiendo otros atributos más allá del sol y playa. El turismo activo es una de las fortalezas de Islas Canarias y por eso se incorporan nuevas actividades deportivas que se pueden realizar al aire libre. Así, la orientación se suma a otros deportes que ya se promocionan en la plataforma de comunicación “Reserva de la Extremosfera” como el parapente, el ciclismo, la bicicleta de montaña, el trail o la escalada.
La orientación aglutina muchos valores asociados a los siete destinos como disfrutar de la práctica de deporte al aire libre, recorrer parajes únicos, aprovechar el mejor clima del mundo y además, conocer las islas en más profundidad con un impacto positivo en la economía local.
Los impresionantes paisajes de las islas, junto con la presencia de obstáculos naturales propios de una orografía muy diversa, hacen posible que Islas Canarias se posicione como uno de los mejores lugares donde desarrollar esta práctica. A esto hay que sumarle que se puede realizar durante todo el año sin problemas asociados a la climatología. Actualmente este deporte cuenta con 8 millones de seguidores y aunque tiene origen escandinavo, cada vez se practica en más países.
La orientación deportiva consiste en realizar una carrera en terreno natural donde se colocan balizas que cada corredor debe encontrar, de manera que puede diseñar su propio recorrido puesto que el orden es libre. La longitud y la dificultad del terreno son variables según el nivel de los participantes. El objetivo es completar el recorrido, pasando por todas las balizas, en el menor tiempo posible y con la ayuda de un mapa y una brújula.
El impacto que este deporte puede tener sobre la economía local es indudable, puesto que desde los propios corredores hasta las empresas que organizan estos eventos y circuitos, dejarán cifras de gasto en localidades menos turísticas repartiendo a nivel local la riqueza generada por la primera industria de las islas, el turismo.
