La Lucha Canaria y el Salto del Pastor, declarados Bien de Interés Cultural

Imagen de archivo. Radio Sintonía

El Consejo de Gobierno declara Bien de Interés Cultural la Lucha Canaria y el Salto del Pastor, una iniciativa que protege la tradición y la cultura que representan para el Archipiélago como manifestaciones identitarias y singulares, garantizando su protección, conservación y divulgación para las generaciones presentes y futuras.

La Lucha Canaria ha sido una costumbre y tradición mantenida a través de los siglos, a pesar de las circunstancias, que enfrentó en distintas coyunturas históricas y que hoy cuenta con el Museo de la Lucha Canaria y ha sido inspiración para diversas manifestaciones artísticas pictóricas y musicales. Su inclusión en el catálogo de bienes protegidos de Canarias, garantiza la pervivencia de este deporte.

Canarias, situada estratégicamente entre tres continente, Europa, África y América, y caracterizada tanto cultural como antropológicamente por el mestizaje, tiene como otros muchos pueblos, una modalidad de Lucha que le identificamodalidad que en los últimos años se ha convertido en una de las señas de identidad más características, estando presente en innumerables manifestaciones, tanto lúdicas y deportivas, como artísticas y culturales de nuestra sociedad.

Es uno de los legados más importantes que, desde el pueblo aborigen, ha llegado hasta nuestros días. Las primeras noticias escritas de las islas ya hablan de su práctica; historiadores, cronistas y escribanos de la conquista de Canarias, por la corona de Castilla, documentan la Lucha como una de las características más destacadas del pueblo aborigen.

Los antiguos pobladores de las islas practicaban la Lucha de forma diferente a la actual. Aunque todas las crónicas hablan siempre de su nobleza y valentía, hasta comienzos de los años cuarenta del pasado siglo, la Lucha se manifestaba de forma espontánea y popular, generalmente coincidiendo con las fiestas o con la recogida de las cosechas.

Salto del Pastor

El Salto del Pastor Canario, o Brinco Canario, es una práctica tradicional única de las Islas Canarias, parte del patrimonio cultural, de la identidad y de la idiosincrasia de todos los canarios que hunde sus raíces en los usos y costumbres propios de las sociedades indígenas del Archipiélago.

Durante los siglos posteriores a la conquista y colonización de Canarias se documenta la supervivencia del uso de la herramienta del garrote, lanza, hastía, asta o lata, por los campesinos y labradores pero, sobre todo, por los pastores –los cabreros-, que han hecho posible que el Salto del Pastor Canario siga vivo, transmitiendo a las nuevas generaciones sus conocimientos y sus mañas ancestrales.

A la hora de ejecutar sus desplazamientos por la escarpada orografía de las islas, el pastor suele usarla para salvar desniveles más o menos pronunciados, siendo su uso más espectacular el de bajar laderas de pronunciada pendiente en una serie de saltos continuados en busca de una persona, un animal extraviado o herido o, simplemente, para acortar el camino.

La práctica del Salto del Pastor Canario, al igual que la Lucha Canaria y el Juego del Palo, hunde sus raíces en los usos y costumbres propios de las sociedades indígenas del archipiélago. Los primeros pobladores de Canarias, aborígenes del Norte de África, compartían unas raíces culturales bereberes ó amazighes, y desarrollaron en cada una de las siete islas, su cultura, su sociedad y sus prácticas tradicionales, que han pervivido hasta la actualidad, incluso después del largo proceso de conquista y colonización castellana del archipiélago durante los siglos XV y XVI, y la consiguiente aculturación y desarraigo de las poblaciones indígenas en las islas.

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