La Rosa de Fuerteventura
La Rosa de Fuerteventura
Esplendor y decadencia de la agricultura en Fuerteventura
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Con la lectura de un pasaje de la obra de Roberto Roldán Verdejo “El Hambre en Fuerteventura (1600-1800)” iniciamos este viernes el espacio de radio “La rosa de Fuerteventura”. Entablamos conversación en torno al esplendor y la decadencia de la agricultura en Fuerteventura con el historiador majorero, Carlos Vera.

Para Roberto Roldan “es indiscutible que las hambrunas históricas de Fuerteventura fueron lógica consecuencia de la estructura geográfica y de las condiciones meteorológicas de la isla”.

“La dedicación exclusivamente agrícola y ganadera de los habitantes de Fuerteventura desde su conquista, es para el autor, la raíz y arranque de sus males económicos”.

Nos encontramos con el historiador en las viviendas anexas a la Casa de los Coroneles en La Oliva. El conjunto arquitectónico, recuerda de Vera, “concentró el poder económico de la isla durante muchos años” y  deja entrever el esplendor y también la decadencia de la agricultura en Fuerteventura.

La agricultura hoy es prácticamente testimonial en la isla, pero hay que decir que hubo un tiempo en el que se le llamaba el granero de Canarias. En este sentido, explica el historiador, Gran Canaria y Tenerife, incluso La Palma, empezaron tener bastantes beneficios económicos con la exportación. Prácticamente se dedicaron al  monocultivo, “porque era lo que les daba un margen económico importante”. Primero fue la caña de azúcar, posteriormente estuvo en el plátano, que aún continúa y la vid.Ganó peso las exportaciones a Inglaterra gracias a que los vinos canarios eran muy apreciados. Por lo tanto “se dedicó bastante superficie al cultivo de la vid y eso hizo que se abandonase en esas islas los cereales, y el cereal era una cuestión básica para el pan y todo tipo alimentos  cualquier dieta equilibrada. Fuerteventura especialmente, y Lanzarote se dedicaron a cultivar en secano, concentrados en el trigo, la cebada y legumbres”.

Había una cierta producción, mucha extensión de la isla estaba dedicada al cultivo de secano. Pero todo dependía del cielo, en los años cuando había lluvia, la cosecha era muy buena, “es un poco lo que comenta Roldán Verdejo en ese libro”, aclara. Habían años gratificantes, que incluso personas que habían emigrado volvían a la isla, los que estaba más o menos en territorios cercanos.En la época de zafra importante venía población incluso de La Palma. Este movimiento de personas era tan importante  que “al menos tres alcaldes del municipio de La Oliva procedían de familias palmeras”

Viviendas anexas a la Casa de los Coroneles
Viviendas anexas a la Casa de los Coroneles

Otro testimonio del pasado agrícola y la llegada de ciudadanos de La Palma en años buenos, lo tenemos en la conocida como Casa del Ingléspromovida por Julián Cecilia de orígenes palmeros”, recuerda de Vera, que destaca que se estableció un comercio basado en la agricultura con las islas mas alejadas del archipiélago. Eso fue en los años que había posibilidad, pero, “cuando había época de miseria, los majoreros tenía que emigrar”. En este sentido recuerda que “hay testimonios documentados en los que la gente se tiraba al mar a la espera de algún barco para salir de la isla , incluso no tenían ni agua para beber. Morían de hambre y sed en la orilla”

Sistema de medianería 

El sistema de medianería siempre funcionó en Fuerteventura, normalmente era del  50 %. Se repartía todo y dependía de las circunstancias y de la capacidad del propietario de las tierras, pero “normalmente se repartían no solo la cosecha , también se iba a medias con lo que producía el ganado, y los alimentos  que se guardaban los pajeros”.

Precisamente, los propietarios más importantes de tierras eran la familias relacionadas con los coroneles, y las familias procedentes del  Señorío de Fuerteventura, los señores territoriales. Estas familias a partir del siglo XIX en el caso de los coroneles y los señores mucho antes, se establecieron e  impusieron su residencia fuera de la isla, en  Gran Canaria y Tenerife. “Prácticamente no venían aquí, sus administradores les mandaban la parte que les correspondía a su a su domicilio y ellos se desentendieron de la realidad cotidiana de la isla”.

Marusa Hernández y Carlos Vera en La Rosa de Fuerteventura
Marusa Hernández y Carlos Vera en La Rosa de Fuerteventura

La necesidad de vender la tierra

La capacidad económica de los majoreros estaba muy limitada en los años sin lluvias, “en esas  circunstancias muchas familias que se vieron tan mal y arruinadas tenían la necesidad de migrar, muchos emigraron a América”, asegura el historiador. Ante la necesidad tener algo de capital para poder seguir,” hubo una época en la que desde Fuerteventura sobre todo se emigró mucho a la zona del Río de la Plata, lo que podemos llamar hoy Uruguay. Aquí no hubo tanta emigración, a la zona del Caribe, Venezuela, Cuba, esa fue posterior”, la gente necesitaba recopilar algo de capital y “muchas familias hablaban con los grandes propietarios, los pocos que había y que podían tener capital. Esos grandes propietarios se aprovechaban de la miseria. Ante la desesperación y la necesidad mal vendía y el precio lo ponía el comprador. Ese es otro drama de la historia de Fuerteventura”.

Así fue como los grandes propietarios y  terrateniente se fueron  haciendo cada vez  con más propiedades, “aprovechándose de las necesidades de la gente más humilde”, concluye de Vera.

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