El Centro de Arte Juan Ismael acoge hasta principios del mes de junio la exposición Paisaje-Identidad-Lenguaje, un recorrido por el arte en Canarias desde comienzos del siglo XX hasta el presente siglo.
“La muestra permite acercar al visitante a la raíz del arte canario, desde los primeros pintores que integraron el regionalismo, pasando por los sueños de Óscar Domínguez y Juan Ismael, hasta otros artistas como César Manrique, que buscaron una nueva expresión sin ataduras”, detalló el presidente de la Fundación CajaCanarias, Alberto Delgado.
La exposición reivindica además el espacio que los creadores ocuparon desde el tiempo de las vanguardias históricas a la actualidad y su papel conductor en los movimientos transformadores del siglo XX.
Las obras que conforman la muestra permiten esta aproximación al arte elaborado en Canarias a partir de tres preguntas que han conformado la condición insular: la búsqueda de una identidad, el paisaje como lugar de reflexión y el lenguaje como herramienta de experimentación.
César Manrique fue uno de los primeros artistas en trabajar en contacto con el territorio volcánico. Otros artistas trabajaron en la distancia, construyendo la huella del paisaje desde la memoria. A partir de los años setenta, los artistas volvieron a situar sus preguntas en ese horizonte tierra adentro: la corteza mineral de la que parte César Manrique, las ventanas al sur de Cristino de Vera, la ondulación de los paisajes de Maribel Nazco, los campos de Miró Mainou o la recuperación de la memoria a través del paisaje nativo en la obra de Rafael Monagas.
Por otra parte, la realidad geográfica canaria, a camino entre Europa, África y América, ha condicionado la esencia del isleño y lo que se entiende por identidad canaria. Las obras que forman parte de la Colección de Arte CajaCanarias hacen un recorrido por este paisaje identitario, desde principios del siglo XX.
El siglo XX fue además un tiempo de ruptura en el que surgen movimientos que trataron de dar respuesta a la crisis de los lenguajes tradicionales. La ruptura de las vanguardias propició la aparición de nuevos lenguajes, que tuvieron su reflejo en la obra de Óscar Domínguez o Juan Ismael.
