El Museo Arqueológico de Fuerteventura nos presenta “La pieza del mes”. En este sentido  la información aportada  por el Museo señala que  un barranco de Bajamanga destinado a la sepultura de los muertos, cuenta Verneau en una publicación de 1884 que “en una esquina, alrededor de las vértebras cervicales de un cadáver del que había desaparecido la cabeza y los miembros, encontré un bello collar compuesto de 29 rectángulos tallados en conchas marinas y agujereados por el centro. Es el ejemplar más bello de este género que conozco”.

 

 Un antiguo adorno de los mahos es lo que había hallado en el lugar, apunta el Museo. “Estas cuentas de moluscos marinos eran ampliamente usados en la zona de África del Norte y del Sur, además del Próximo Oriente, con una cronología de algo menos de 125.000 años. Es más, fueron incluso muy utilizados durante el Paleolítico superior”.

Aquí en Fuerteventura podemos encontrar estos adornos personales en el Museo Arqueológico Insular, entre distintas razones por el hallazgo que en 1991 hicieron Taqui Díaz Batista y Pedro López Batista. La pieza que encontraron consta de 88 cuentas, siendo la mayoría de concha marina y con una perforación en el medio para ser colgadas, aunque hay ejemplares que no presentan dicho agujero. La forma es variada: cuadrada, rectangular, cilíndrica, discoidal o bitroncocónica.

De acuerdo con los estudios realizados, “estos joyas de los mahos eran usados como adorno personal, aunque algunos investigadores aseguran que se utilizaban como elementos mágicos protectores, tanto después de la muerte como en la vida, dado que no solo se han encontrado en sepulturas, sino también en lugares de hábitat en vida”.

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