En la entrevista Arturo Boyra relata la penosa situación de este plan que crearon profesionales del mar con gran ilusión y esfuerzo y un cuantioso presupuesto de dinero público. Un plan actualmente “en manos de la Consejería de Turismo – gestionado sin científicos, clave en la conservación de las costas. Una chapuza por parte de la Administración total, que miente al indicar que existe un consejo científico al frente del proyecto”, como han demostrado los tramites seguidos por este investigador.
Este verano sesenta profesionales firmaron un Manifiesto para la coherencia del proyecto Ecoáreas- mar de todos: “ Microáreas (2008) y su evolución Ecoáreas (2016), son iniciativas de gestión sostenible participativa del litoral nacidas en Canarias. – su convicción en el potencial del proyecto Ecoáreas y su predecesor Microáreas para el fomento y la puesta en práctica real y efectiva de dinámicas de desarrollo sostenible y participación ciudadana, si demuestran ser coherentes con indicadores de evaluación y se cumplen las premisas descritas a continuación.
– la oportunidad que representan dichas iniciativas para poner en valor la capacidad de innovación existente en Canarias sobre; la protección de la Naturaleza, el desarrollo sostenible, la lucha contra el cambio climático, el impulso a las economías sostenibles, la educación, la divulgación, la sensibilización y la gobernanza participativa.- la necesidad de respetar el trabajo y dedicación de las personas y entidades que han hecho posible y efectivo ambos proyectos para poder avanzar en los pasos siguientes. – la determinación por impulsar y apoyar modelos de participación ciudadana que demuestren, como base metodológica, la escucha de las necesidades de las partes, el diálogo y la negociación como vías de lograr el mayor consenso posible.- el respeto a los saberes locales, las emociones, la salud integral de las comunidades participantes y los recursos de cada lugar, cultura o territorio.- el compromiso de emplear con responsabilidad, justicia y equidad los privilegios, la información y los medios de los que se disponga.
– el convencimiento de que Ecoáreas y Microáreas son un bien común que debe ser cuidado, protegido e impulsado y de código abierto así como que ambas iniciativas deben converger a un solo proyecto integrador.- el reconocimiento de la multidisciplinaridad de ambos proyectos y la necesidad de contar con conocimiento cualificado y experto para la intervención en el territorio, siendo necesario sumar perfiles ambientales, sociales, económicos, turísticos, jurídicos, de gobernanza marina y participación. – el firme compromiso a respetar los derechos humanos velando por el cuidado de las personas, las relaciones y el planeta y no permitiendo ningún tipo de abuso o violencia en cualquiera de sus formas, atendiendo los conflictos pasados y presentes para aprender de ellos, sanar relaciones y convertirlas en duraderas. – la necesidad de que exista un comité de seguimiento vinculante, de carácter multidisciplinar, con distintas representaciones de la administración y los colectivos; sociales, empresariales y científicos implicados, que supervise el cumplimiento del presente manifiesto.”
El PULMÓN DEL PLANETA TAMPOCO PUEDE RESPIRAR
La siguiente entrevista la dedicamos a la periodista ROSA M. TRISTAN.-, colaboradora de Alianza por la Solidaridad. Nos relata como los abogados, -de Bernardo Caal Xol, indigena del pueblo maya defensor del territorio y los derechos humanos-, han vuelto a presentar un recurso contra una sentencia infame en Guatemala. “El pueblo q’eqchí está en manos de un Estado fallido que les vende al mejor postor: las hidroeléctricas. No es energía limpia si está manchada con la vulneración de derechos humanos”.
Un prisionero de conciencia según denuncia también Amnistía Internacional. Tristán solicita la firma de todos en Alianza por la Solidaridad para promover su libertad.
También explica la situación de la Amazonía, el pulmón del mundo, donde tampoco se puede respirar. En la entrevista cuenta sus anotaciones de la rueda de prensa virtual internacional con los representantes COICA (Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica). Los miembros de estas comunidades denuncian
el abandono total que sienten por parte de los Estados, mientras son asediados por la pandemia de la COVID-19, los fuegos, la sequía y la violencia: “muerte y sangre de nuestra gente”.
Mientras el presidente de Brasil, Bolsonaro, hablaba en Naciones Unidas, acusa a los indígenas de quemar la Amazonía.
