El Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Canarias (COFC) fue el encargado de abrir ayer, martes 14 de febrero, a las 16:30 horas, las Jornadas sobre el Cáncer en el Palacio de Formación y Congresos de Puerto del Rosario, en Fuerteventura, con una ponencia impartida por Raquel Pérez, fisioterapeuta oncológica y coordinadora en la junta provincial de Santa Cruz de Tenerife de la AECC (Asociación Española contra el Cáncer).
Estas jornadas, organizadas por la Asociación Fuerteventura Contra el Cáncer, que se desarrollan esta semana de martes a jueves en horario de 16:30 a 20:00 horas, son gratuitas y tienen carácter divulgativo, por lo que están abiertas a profesionales sanitarios, pacientes y a la sociedad en general. Durante estos tres días se abordarán importantes aspectos sobre información, prevención, diagnóstico, tratamiento, desmitificación y “normalización” de la enfermedad.
Durante su charla, Raquel Pérez explicó la importancia de la figura del fisioterapeuta oncológico dentro del equipo multi e interdisciplinar de atención al paciente con cáncer, formado por oncólogos, médicos, cirujanos, radiooncólogos, enfermeras, técnicos, trabajadores sociales, psicooncólogos y nutricionistas, entre otros. Destacó también cómo puede beneficiarse un enfermo y mejorar su calidad de vida con las intervenciones en fisioterapia y aclaró en qué tipo de tumor puede actuar, qué secuelas puede aliviar y qué técnicas y abordaje terapéutico utilizan los profesionales en su tratamiento.
“La fisioterapia es un arma fundamental para la prevención de secuelas y la recuperación de la calidad de vida en los pacientes oncológicos”, subraya Cristina Quemada, fisioterapeuta de la Asociación Fuerteventura Contra el Cáncer. Y es que la fisioterapia oncológica es una especialidad que tiene como objetivo preservar, mantener, desarrollar y restaurar sistemas cinético-funcionales. Va dirigida a cualquier paciente que desarrolle síntomas relacionados con las secuelas del proceso oncológico secundarias a la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia, los tratamientos diana o la hormonoterapia.
Pueden beneficiarse niños y adultos con cualquier tipo de cáncer. Su campo de actuación abarca tratamientos individuales y/o colectivos con fisioterapeutas especializados que imparten, además, talleres de autocuidado, y realizan también tareas de Educación y Promoción para la Salud.
Aunque hay que respetar la individualidad y el proceso personal de cada paciente, se han detectado que los enfermos desarrollan más unas secuelas que otras, por lo que en esta especialidad los profesionales trabajan programas de tratamiento específicos e individualizados, orientándolos en la prevención de las secuelas más frecuentes y comunes de los enfermos, que son: fatiga, déficit de movilidad y/o equilibrio con déficit funcional, espasticidad, dolor agudo o crónico, alteraciones del sueño, disfunciones vésico-esfinterianas (alteraciones del sistema urinario), alteraciones cardiorrespiratorias, neuropatías y/o afectación neurológica del sistema nervioso central, linfedemas y edemas.