El presunto autor del atropello mortal del empresario del sector agrícola Francisco Cabrera Cabrera ya se encuentra en la cárcel. Cuatro meses después de que Pedro A. B. arrollara con su vehículo a Cabrera en las inmediaciones de su finca (ubicada en la zona de La Calabaza, municipio de Tuineje) causándole la muerte, el juez titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Puerto del Rosario ordenó su ingreso preventivo en la prisión de Tahíche. Le acusa de los presuntos delitos de homicidio imprudente, omisión del deber de socorro y contra la seguridad vial al carecer de permiso de circulación.
Los informes técnicos y diligencias policiales elaborados por la Guardia Civil de Tráfico de Fuerteventura, de sus destacamentos de Gran Tarajal y Puerto del Rosario, así como la personación de la familia como acusación particular, han sido determinantes para que el juez ordenara la prisión preventiva el pasado lunes.
Los hechos se remontan al pasado 21 de septiembre en torno a las 20.30 horas. Paco Cabrera, como se conocía popularmente al empresario fallecido, se encontraba en los accesos de su finca, cuando un vehículo lo atropelló y el conductor se dio a la fuga, aunque la colisión provocó que en la vía quedaran restos del coche.
Con la información recabada por los agentes de la Guardia Civil, tanto de Tráfico como otros compañeros de cuartel de Gran Tarajal, se dedujo la participación de un coche al que los investigadores le seguían la pista desde un primer momento.
Una vez centrada la investigación sobre el presunto homicida, primeramente manifestó desconocer el paradero del coche, alegando que se lo habían sustraído de su vivienda.
Doce horas más tarde del atropello mortal, los agentes procedieron a la detención de Pedro, ya que los testigos identificaron la marca y el color del vehículo que habitualmente conducía.
Antecedentes
El detenido, con antecedentes policiales, en su afán de destruir pruebas y de obstaculizar la investigación policial, procedió a quemar el coche. Lo arrojó en marcha al interior de un barranco, donde fue descubierto a unos 30 metros de desnivel, totalmente calcinado, como consecuencia de que el depósito de combustible se encontraba lleno. Tras ser identificado, el conductor declaró ante los agentes que el vehículo se lo habían sustraído.
La muerte de Paco Cabrera, que tenía 66 años en el momento del atropello, causó una enorme consternación en toda Fuerteventura, no solo porque era muy conocido en el sector agrícola, sino porque supo granjearse en vida numerosos amistades.
El juez decretó el pasado 24 de septiembre la puesta en libertad sin fianza de Pedro A. B. tras no interesar el Ministerio Fiscal el ingreso en prisión y al no estar personada en la causa ninguna acusación. Sin embargo, la situación ahora ha cambiado y está en la cárcel.
Fuente: Antonio Cabrera – La Provincia
