Los Tesoros de Fuerteventura: la vivienda morisca de Tuineje

Imagen de la vivienda morisca de Tuineje. Fuente: Radio Sintonía

En la sangre un pequeño hormigueo se multiplica en segundos. El cuerpo se deja llevar, quedando a merced del limbo que poco a poco domina las sensaciones. Reconforta la seguridad entre paredes, donde nadie nos mira, y sale al instante el poder que entre las entrañas se había ocultado. Sea nuestra casa más grande o más pequeña, cumple con esa necesidad de sentirnos dueños de nuestra vida, como el hogar morisco de Tuineje que vamos a descubrir en este capítulo de ‘Los Tesoros de Fuerteventura’.

En este municipio sigue a día de hoy en pie una vivienda que, según el doctor en Historia, Carmelo Torres Torres, pertenece a la “arquitectura del barro”, que como bien dice su nombre, está hecha de lodo y elementos vegetales, a modo de adobe, como “aún se hace en un enorme área del continente africano”. La fecha exacta en el que fue levantado este alojamiento no se sabe, ya que no está inscrita en ningún registro conocido, aunque observando el deterioro que presenta, Torres calcula que podría haber sido construida en el siglo XIX, “sin cerrar la posibilidad de que fuese más antigua”.

La existencia de este hogar se debe a que por la Edad Moderna, cuenta el doctor, en Fuerteventura hubo trata de esclavos magrebíes. “Como resultado de la presencia de esas poblaciones en esta isla -primero en condición de esclavos, después como libertos-” hubo diversas edificaciones elaboradas con esta mezcla de barro que se dejaba secar al sol.

En la actualidad, esta casa es la única superviviente a nivel insular, y “quizás regional”, de acuerdo con Torres, de la “arquitectura del barro”. Su estado es tan lamentable que el doctor ha pedido, en un informe para que esta vivienda sea declarada un Bien de Interés Cultural, que necesita una intervención urgente, dado que los muros que miran al norte han empezado a erosionarse, sobre todo en la parte inferior, por lo que en poco tiempo se podría venir abajo toda la estructura.

Deja un comentario