‘Tratamos la tierra con respeto, sacando de ella, pero siempre respetándola’

La rosa de Fuerteventura en Tarajal de Sáncho, La lajita
La rosa de Fuerteventura en Tarajal de Sáncho, La lajita
La Rosa de Fuerteventura
La Rosa de Fuerteventura
'Tratamos la tierra con respeto, sacando de ella, pero siempre respetándola'
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En La Rosa de Fuerteventura nos trasladamos hasta Tarajal de Sancho, en el Valle de La Lajita, donde vistamos una finca de más de 7 hectáreas, propiedad de Viola Sarelini y Valentino Cassani. Los jóvenes llegaron a la isla procedentes de Milán, Italia, hace una década. Viola asegura que ‘tratamos la tierra con respeto, sacando de ella para vivir, pero respetándola’. En este sentido cada año analizan la tierra para ver que nutrientes necesita y por otro lado, también comprueban que tipo de agua les vende el Consorcio de Abastecimiento de Aguas.

 

Cultivan a cielo abierto, ‘estos son gavias, están protegidas y no podemos instalar invernaderos ‘. Para la agricultura en Fuerteventura esto significa que se corre el riesgo de perder la cosecha en cualquier momento ante cualquier inclemencia del tiempo, viento, calima, bajas o altas temperaturas. Tampoco utilizan pesticidas y entre las plantas aromáticas de una de las gavias se puede observar los vivos colores, rojos y naranjas de las mariquitas, pequeños insectos, que como explica Viola, se comen los huevos de las amenazas de los cultivos, como la araña blanca. ‘Utilizamos los insectos beneficiosos para mantener las plagas alejadas’, explica.

Viola, ingeniera industrial y su pareja Valentino se replantearon un buen día su vida. Dejaron a tras su trabajo y su país y fijaron su residencia en la isla donde alquilaron una finca, en un primer momento, en Tesejerague (Tuineje). Ahí, durante unos años se dedicaron a cultivar tomateros. Con el paso del tiempo se trasladaron hasta Tarajal de Sancho, en el Valle de La Lajita, en el municipio de Pájara donde alquilaron una finca con opción a compra que finalmente ha pasado a su propiedad, hace escasos dos meses. Así lo relata orgullosa la joven de 34 años.

Finca en Tarajal de Sancho
Finca en Tarajal de Sáncho en La Lajita

Para la agricultora y su familia no ha sido fácil el camino. En la conversación se refiere al ‘duro’ trabajo diario. En estos momentos su empresa vende directamente a los centros hoteleros. Tiene una frutería en Morro Jable, además, de un punto directo de venta en la propia finca. Se pueden encontrar los productos en los mercados de Tetir y en el Oasis Widlife. Además, Viola compra la cosecha a 15 familias vecinas. ‘Funcionamos como una cooperativa, sin serlo, aclara. De esta manera, adquirimos la producción que nosotros no tenemos y así aseguramos durante todo el año la suficiente cantidad de productos a los compradores.

En las gavias de Tarajal de Sancho se extiende el verde de las coles, lechugas, zanahorias y del millo. Como el verde, va pasando de gavia en gavia, el olor de la albahaca, del cilantro, del perejil. Olor y color son sinónimo de una tierra con vida. Precisamente, bajo la marca Agroviva-Fuerteventura podemos encontrar la fruta y verdura de Viola y Valentino.

 

 

 

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