La hubara disminuye su presencia en Fuerteventura un 59% desde 1994

Hubara canarias. Fuente: SEO/BIRDLIFE

La avutarda hubara es una especie de ambientes semiáridos que ocupa los llanos pedregosos, jables arenosos y matorrales de carácter estepario de Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa. Los áridos y descarnados jables, malpaíses y pedregales de las islas orientales de Canarias constituyen el hábitat de la hubara canaria, una de las más singulares aves de la fauna española, cuya población, amenazada por múltiples problemas, ha disminuido alarmantemente en los últimos años, así lo confirman estudios de SEO/BirdLife. Es una especie perfectamente adaptada a la sequedad y a la escasez de recursos de las áreas donde habita, la hubara es un ave omnívora y muy terrestre, cuya población está siendo objeto de diferentes planes de conservación y manejo.

 

La abundancia de la avutarda hubara canaria ha sido en los últimos 30 años mayor en Lanzarote que en Fuerteventura, habiendo aumentado esa diferencia desde 1994 a 2011. La densidad media en las mismas 12 localidades de censo de Lanzarote muestreadas en noviembre-diciembre desde 1994 se triplicó desde esa fecha hasta 2011, cuando la especie alcanzó la mayor densidad registrada en los últimos treinta años, para a continuación disminuir abruptamente hasta 4,2 hubaras/km2 en noviembre de 2020. En Fuerteventura, la densidad ha ido disminuyendo paulatinamente desde 1994 hasta 2020 en las mismas 18 localidades de censo, habiéndose reducido sus efectivos en un 59% desde 1994, con una densidad media de 0,65 hubaras/km2 en 2020.

Según SEO/BirdLife, el principal peligro para la especie radica en la pérdida de hábitat, ocasionada por la instalación de parques eólicos, campos de golf, canteras, infraestructuras lineales, urbanizaciones y complejos turísticos, así como por el abandono de las actividades agrícolas. Debido a estos factores, los 400 kilómetros cuadrados de hábitat potencial para la especie estimados a mediados de la década de los noventa se han reducido a unos 162 en los últimos años. También se citan como amenazas las molestias derivadas de visitas turísticas, maniobras militares y recogida de trufas, la colisión con tendidos eléctricos, la depredación a cargo de mamíferos introducidos, la presión por parte de una densa cabaña caprina, la caza ilegal y la recolección de huevos.

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