Joaquín Aráujo: El monocultivo turístico es un sistema frágil y caduco, hay que invertir en sanidad, sector primario y naturaleza

Carlos Suárez, biólogo, defiende los árboles urbanos y la palmera histórica de la Orotava y Pedro Hernández, profesor de Territorio, EUTL, nos habla de la hoja de ruta para salvar La Tejita.

Joaquin Araufo

Del Jable al Malpey, como cada martes, se inicia con la voz de Pura Cuenca Roy, corresponsal de cultura y ciencia, la introducción, en esta ocasión es un poema de la periodista y poeta Esther Peñas, de su libro “Adversidades poéticas”.

Nuestro primer invitado es el escritor, filósofo, agricultor y naturalista, Joaquín Aráujo.- Debajo de una encina, desde su finca en Extremadura, nos describe sus pensamientos sobre esta pandemia.-

Joaquin Aráujo

“Llevaba tiempo anunciándose; numerosas investigaciones y estudios predecían esta posibilidad. Se conocen los cinco jinetes del Apocalipsis – la catástrofe climática se conoce perfectamente desde el año setenta y nueve. El consumo de energía infinitamente mayor de lo estrictamente necesario, por parte de los humanos, es el causante. Es algo muy parecido a la Covid 19, la atmosfera ha contraído un virus, una fiebre, un calentamiento. La poesía nos echa una mano y define la crisis climática como el aire que se está asfixiando. Fijaros –añade- el paralelismo con lo que ha pasado por desgracia medio millón de humanos que han tenido que morir por asfixia. Si el aire que es la envoltura protectora de la totalidad de la humanidad está enfermo, como no vamos a estar malos todos los que respiramos. Esta es la aportación intelectual que se hace desde el pensamiento  ecológico. Nada nuevo, porque hace cinco siglos Epicúreo ya decía que todo tiene que ver con todo, nada procede de la nada y nada va a parar a la nada. Esas dos frases son el resumen de las ideas ecológicas. Si tú le quitas la piel protectora a este mundo que son los árboles y la capa vegetal te sale una soriasis, te sale lepra y un aire infinitamente menos transparente para respirar. La pandemia estaba anunciada por los virólogos pero también por los ecólogos, en todos los lugares se estaba observando afecciones por el debilitamiento de la capacidad de generar vida de la propia naturaleza.

Y otra aproximación poética, la vida es la mejor vacuna para mantener la vida, por tanto si estamos haciendo adelgazar y enfermar a las fuentes de la vida, no podemos esperar tener una salud radiante. Esa es la primera conclusión. Todo tiene que ver con todo y todo tiene que ver con la devastación del planeta perpetrada por una sola de sus especies.

La economía no puede sustentarse en la enfermedad básica del planeta, en la merma de la trasparencia, en la merma de la vivacidad, en la merma de la calma y de la propia racionalidad y por supuesto es descabellado no aprovechar este momento para plantearse que estaba haciendo, que está haciendo el modelo económico y político, nuestros intelectuales y docentes, le hemos dedicados semanas y meses para debatir. Si de este mal sueño, de esta pesadilla despertamos con animo de volver a la situación anterior, pues sencillamente habremos desaprovechado lo que ha sido un regalo, porque tener la oportunidad, para pensar lo que se está haciendo mal, es una ventaja.

Uno de los males de esta sociedad es la prisa. Una droga dura, que impide ver el dolor y la injusticia, impide ver la belleza y la ternura. Impide ver que el cerebro está para otras cosas, además de planificar el deterioro y la acumulación. Salir de esta crisis por el mismo camino del desarrollismo sumando más desarrollismo es la confirmación de que no hemos entendido nada y que queremos entregar el futuro a uno de los jinetes del Apocalipsis.

La construcción de una autovía en Fuerteventura, el gasto de más de 90 millones, es una aberración, la destruyendo el paisaje es una contradicción, según Joaquín Araújo.

El buen estado de conservación de la naturaleza es equivalente a toda la industria farmacéutica y sanitaria, no hay salud del ser humano sin salud del planeta. Hay que dedicar el dinero público a lo fundamental que es la salud – nuestros médicos- y la naturaleza, pero no a ampliar autovías y carreteras. El paisaje de Fuerteventura es su sistema inmunitario, el cementar o asfaltar es enfermar y tirar el dinero, porque se va a viajar mucho menos, por miedo, el turismo no va volver a mover 80 millones de personas. Así que ese dinero debe invertirse en el cuidado de la gente y su entorno. Además de lo único que es posible vivir es del sector primario, es el único que garantiza lo esencial para la vida que es poder comer, afirma Joaquín Araújo. “Hemos invertido la pirámide de las cosas importantes y lo menos importante es un monocultivo turístico, porque es caduco y no puede crecer ilimitadamente. La naturaleza si puede regenerarse sino la destruimos. Una simple enfermedad o un virus acaba con el turismo como acabamos de ver y el miedo va a hacer que la gente viaje menos.”

Su último libro: “Los árboles te enseñarán a ver el bosque” Editorial Planeta. Resume la situación: la mejor vacuna contra el colapso general es el bosque. Debemos evitar perder un solo árbol más.

La palmera histórica de la Orotava

Villa de la Orotava

.-Carlos Suárez.- Biólogo, defensor de los árboles y plantas de los paisajes isleños, sobre todo en espacios monumentales que forman parte del patrimonio cultural. “Los árboles son el último valuarte de la tierra con sus raíces intentan mostrarnos que hay que arraigarse en esos suelos y defenderlos”, indica Suárez.

Carlos Suárez

La palmera histórica de la Orotava que cortaron la semana pasada es un caso más de la eliminación de las sombras verdes y referentes históricos de nuestras ciudades. Hace muy poco la veíamos cimbreándose en una tormenta sin apariencia de estar enferma, cuestión que achacan para llevar a cabo su tala.

“La palmera de Santo Domingo, un convento del siglo XVI, muestra como el planeamiento urbano está permitiendo borrar imágenes históricas para aparcamientos o especular con esos espacios verdes. En este caso, se trataba de una palmera de 23 metros, colindante con este edificio histórico, incluida en un catalogo de árboles monumentales elaborado por el Cabildo de Tenerife. Sin embargo, el plan Especial del casco histórico de la Orotava no la incluía como obliga la ley. Todos los que visitamos estos cascos históricos lo que queremos ver es esa convivencia entre lo natural y los monumentos construidos por el hombre”, añade.

El porque de estos ataque de los planificadores, de los ejecutores de obras, a hacer invisible esas zonas verdes, es una pregunta constante. Ahora se va a permitir que se pueda hacer debajo 80 plazas de aparcamientos.

Carlos Suárez, recomienda leer Crónicas de “Fray Lesco”  de 1927 que recoge la filosofía de Domingo Doreste, motor de la escuela de Lujan Pérez , del que surgen los grandes pintores del paisajes de canarias. Para este biólogo se trata de un texto visionario pues habla en esas fechas de un triunvirato: el propietario, el concejal y el técnico y se pregunta quien mira por el bien común.

Para el biólogo los jardines de las ciudades, sus árboles y plantas, deben ser sagrados no pueden sacrificarse por el político de turno que prefiere hacer caja, sin ser consciente del valor de estos lugares que deben quedar para las generaciones futuras.

Banderas Negras

Pedro Hernández

.-Pedro Hernández, profesor de la Escuela Universitaria de Turismo de Lanzarote, ULPGC: Habla de los bordes costeros de las islas como bien común y como se ha violado en muchos casos. El docente explica la hoja de ruta para conseguir proteger La Tejita, en el que están varios colectivos, Salvar La Tejita, ATAN,  y también han apuntado en un Anexo la Bandera Negra de Ben Magec- Ecologistas en Acción.-

Hernández señala que La Tejita es la última playa virgen del sur de Tenerife, que forma parte del conjunto de Montaña Roja, espacio protegido y la playa del Medano, y es un escándalo impresionante, de lo que no debe hacerse. Por eso ha estudiados el expediente en profundidad. Para él la hoja de ruta para frenar el mamotreto (hotel) que han  medio construido en tiempos de pandemia y que se ha paralizado,- después de los doce días que dos activistas estuvieran subidos en las grúas jugándose la vida-, por una orden del Ministerio de Transición Ecológica. Primero, Hernández exige que el dominio público que gestiona la Dirección de Costas no publique el nuevo deslinde hasta que no se aplique la realidad física de los 100 metros y también implica a la servidumbre de costas que administra la Comunidad Autónoma canaria, cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento, esto significa que se ponga sobre el tapete el histórico de esa pieza de suelo. La situación es que no existen derechos urbanísticos por lo cual este hotel es ilegal porque se trata de un suelo que no cumple la ley de costas del 88, pues el plan no se había desarrollado ni se había cumplido ninguna de las etapas que exige la normativa y por tanto obligatoriamente le debían haber aplicado la ley de 100 metros y no 20 metros como pretende el propietario y Ayuntamiento. Si tú tienes un solar y pides una licencia y en dos años no la desarrollas, esta se caduca. No hay derechos urbanísticos, por lo tanto según Hernández, se  debe tirar del hilo de toda la trama. En el 71-73 aprueban el plan parcial pero no se desarrolla el proyecto de etapas  y por ello se propone en el año 82 esta playa para formar parte del espacio natural protegido, y los confirma su inclusión la primera ley de espacios naturales de Canarias del 87 pero de repente aparece una modificación justo cuando compran el suelo los propietarios en el año 94 y aparece como suelo urbanístico. Por lo tanto, hay que aclarar que no se había hecho nada a la entrada de la Ley de costas y debía cumplir a raja tabla esta normativa. Hay suficientes camas turísticas en Canarias para que se siga privatizando y destruyendo los bordes costeros, sobre todo después de la pandemia. Solo con la lucha ciudadana se podrá salvar La Tejita, como ha sucedido históricamente.

Claudia Asensi

.-Claudia Asensi, miembro del Rincón y del Consejo de la Federación Ben Magec, pone el foco de la bandera negra preventiva en el puerto de Fonsalía en Tenerife. Piden su paralización y dedicar los presupuestos públicos al cuidado de las personas y el medio ambiente.

El Puerto de Fonsalía es un proyecto de macropuerto destinado a uso comercial, deportivo y pesquero que se pretende construir en Guía de Isora, en los núcleos costeros de Alcalá, Playa de San Juan y la carretera TF-47, en el Suroeste de Tenerife (Islas Canarias). En el procedimiento de este proyecto se han identificado irregularidades. La más grave es que se ha diseñado en primer lugar un proyecto sin que hubiese un plan territorial previo (llamado Plan Territorial Parcial) en el que se sitúe dicho puerto. Es decir, no se ha seguido el procedimiento legalmente establecido.

El principal y gran problema de la construcción de este macropuerto es que es un atentado medioambiental con todas sus letras. ¿Por qué? Pues porque este proyecto estaría ubicado en medio de la Zona de Especial Conservación (ZEC) “Franja Marina Teno-Rasca” de una extensa superficie de 69.489,68 hectáreas. La ZEC es una “figura contenida en la Red Natura 2000 cuya finalidad es asegurar la supervivencia a largo plazo de las especies y los hábitats naturales más amenazados de Europa, contribuyendo a detener la pérdida de biodiversidad ocasionada por el impacto adverso de las actividades humanas”. Si bien este macropuerto estaría ubicado en un “agujero a la conservación” que se dejó en la declaración de la ZEC para posibilitar su construcción, lo cierto es que esta superficie no tiene un menor valor ambiental que la extensa zona ZEC que lo rodea, y su realización produciría graves impactos directos e indirectos en la vida marina y hábitats protegidos por esta figura. Los calderones y delfín mular se verían afectados.

Nos vamos con la canción de Nacho Vegas.- Ser árbol. Recordando que proteger el bosque y la naturaleza es la mejor vacuna contra las pandemias.

 

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