
/
Feed RSS
María Viera Saavedra, Rita Marrero García, Cándida Roger Carmona, Ángela Brito Armas, Isidra Hernández Melián, Yolanda Hernández Jorge, Marisol Hernández Gopar, Bernardo Jaime Vega, Matías López y Fátima Marrero. Unos nacieron en la isla y otros llegaron desde distintos puntos del archipiélago buscando unas mejores condiciones de vida, a todos los unió la zafra del tomate en Fuerteventura.

Desde niños con 11 o 9 años, algunos, ya trabajaban en la zafra o en distintos oficios necesarios para mantener cubiertas las demandas de la población del momento. Este es el caso de Bernardo, comerciante de puerta a puerta de ropa y otros géneros o de Matías hijo de panadero quien desde pequeño y saco en hombro, repartía el pan de madrugada por el pueblo de Gran Tarajal y por las “casetas” donde vivían las familias que venían por tiempos de zafras a trabajar en las cooperativas o en el cultivo del tomate.
Este colectivo de personas representa a toda una generación que en la isla vivió de la economía que generaba el tomate. Un trabajo de mucha dureza, “nos levantaban antes de que saliera el sol y la jornada terminaba al sol puesto”, pero no exento de aspectos positivos, entre ellos, la independencia económica de muchas mujeres. Con el tomate llegaron los primeros sueldos para muchas de ellas en la isla.

Los testimonios hablan de una época en la que la sororidad estaba muy presente. ”Yo estaba muy mal y mi vecina me dijo; ven conmigo, vamos a la tierra. Le comenté que no sabía nada de tomates y me respondió, no importa, yo te enseño. Me gustaba estar con las mujeres, nos apoyábamos unas a otras, nos reíamos, nos contábamos nuestras cosas y lo pasábamos bien”. El recuerdo de esos primeros días en Fuerteventura, a pesar de los años transcurridos, lo tiene muy claro, Rita Marrero.
El apoyo de unas mujeres a otras sale a relucir en los argumentos de cada una de ellas. Encontrarse cada día en tiempos de zafra significó para muchas, recibir una mano tendida en momentos difíciles.
Escucharlas es posible gracias al trabajo del colectivo Acaicate de Tuineje que dirige Fátima Marrero, para quien hay que poner en valor, el trabajo y la memoria de mujeres y hombres que han posibilitado el desarrollo económico y social de Fuerteventura.
Deja un comentario