Me confieso un apasionado de la política. Percibí, hace ya muchos años, que esta actividad requiere de un aprendizaje continuo y de entender que se deben reconocer los errores y mantener los pies en el suelo cuando se acierta. Que es muy importante ser empático para poder alejarse de posturas que no llevan a ningún lugar. Soy de los que sigue infinidad de campañas electorales y lee y relee biografías y análisis políticos de personas de diferentes ideologías. La experiencia adquirida me permite la posibilidad de invitarle a usted, amable lector, a unas reflexiones que comparto a continuación:
Recuerdo una campaña electoral para las elecciones a gobernador de Puerto Rico, corría el año 2008 y el candidato a la reelección Aníbal Acevedo, pronunciaba frente a sus seguidores las siguientes palabras: “Estamos pasando tiempos difíciles, y muchos de ustedes por un tiempo estaban buscando una ilusión que por arte de magia resolviera los problemas de Puerto Rico. Muchos meses atrás tuvieron la ilusión de que Luis (en alusión a su principal adversario) podría representar eso. El país se ha dado cuenta de su falta de ideas, de su falta de profundidad, nadie puede mencionar una idea que él haya representado. A dos días el país se ha dado cuenta que no tiene la voluntad y el carácter que se necesita en tiempos difíciles. Lo que ha pasado con Luis es como los pomposos y costosos fuegos artificiales que tiraron anoche en el cierre de ellos, que alumbran por un rato, luego se desvanecen, se apagan y te dejan a ti en la absoluta oscuridad”.
Las palabras pronunciadas por Avecedo Vilá hace 14 años, bien podrían extrapolarse al momento actual. Se acercan unas nuevas elecciones y los futuros electores se enfrentan desde ya a un sinfín de anuncios de licitaciones, de comienzos de obras, de nuevos proyectos y de incontables promesas. Sin temor a equivocarme, para saber depurar qué gobiernos hacen estos anuncios por las prisas electorales y qué otros lo hacen en base a una trayectoria institucional, es conveniente analizarlo desde el inicio del mandato y no en instantes concretos.
Profundizando, me gustaría comentar algunos asuntos que atañen al municipio de Pájara. Entiendo que cada gobierno municipal puede emprender las acciones que estime oportunas, pero el tono festivo que quiere darse a cada acción política en la que se pretende anunciar proyectos y licitaciones, no cambia nada. En la actualidad la realidad es que la población no quiere volver a vivir unos años como estos, y no precisamente por la pandemia, sino por la inestabilidad política y la falta de gestión. Un gobierno municipal debe ser fuerte, estar unido y que sus acciones sean homogéneas, no se trata de un ¡sálvese quien pueda!, sino de la realización de una gestión conjunta. He escuchado públicamente a miembros del gobierno de Pájara decir “la inestabilidad política no debe volver a producirse tras las próximas elecciones, el municipio necesita un cambio”. Estoy de acuerdo, pero si esta es la opinión que tienen algunos políticos desde el propio gobierno, no existe, ni existirá fuego artificial ni fiesta que haga ver lo contrario.
Tenemos por delante unos pocos meses hasta el próximo 28 de mayo, el compromiso que asumo como candidato a la alcaldía junto a mis compañeros y compañeras es hacer una campaña limpia, con propuestas, sin enfrentamientos estériles, si entramos en discusiones y ataques personales no garantizaremos un gobierno estable y fuerte. Debemos actuar con responsabilidad, hace falta un cambio que impulse al municipio, los vecinos y vecinas necesitan acciones y gestión eficaz y duradera, porque como bien decía el ex gobernador de Puerto Rico, los fuegos artificiales se apagan y nos vuelven a dejar en la absoluta oscuridad.
Los próximos cuatro años son trascendentales para Pájara, su economía, su desarrollo, la gestión de sus servicios públicos y la atención a su población están en juego. ¡Adelante con ilusión!
En Pájara, a 10 de noviembre de 2022.
Alejandro Jorge.